La figura del distribuidor ha jugado siempre un papel importantísimo en la industria del cine tradicional, cuando la explotación principal seguía estando en las salas de cine. Hoy en día, siguen siendo igual de importantes, pero el volumen de negocio de estas empresas ha quedado reducido, por lo que muchas de ellas migran, casi por obligación, a la fórmula de productor - distribuidor. La misma empresa produce y distribuye sus propios proyectos, lo que le supone un mayor beneficio pero también un mayor riesgo, ya que no solo deben asumir los gastos derivados de la producción sino también los adelantos en copias y publicidad entre otros gastos.
Si hace años el "quesito" del sector cinematográfico se repartía entre productor, distribuidor y exhibidor, hoy con la entrada en el mercado de las grandes plataformas de contenidos como HBO, Netflix o Amazon, los porcentajes de beneficios de estos tres entes, se han reducido. El mayor beneficiado de estas alianzas será, por lo general, el productor, ya que tanto distribuidor como exhibidor se han visto afectados por este nuevo tipo de consumo bajo demanda en las casas particulares de los espectadores, lo que supuso en los últimos años un descenso en el número de asistentes a las salas de cine.
No obstante, esta dinámica ha cambiado en el pasado año, ya que las salas de cine tuvieron según Comscore, un 8% más de espectadores que en el 2018, llegando en 2019 a los 105,5 millones de espectadores, lo que sin duda nos deja ver que pese a esa tendencia a la baja de espectadores que acuden a las salas de cine que acució la entrada en el panorama español de las plataformas de contenidos bajo demanda, estas mismas compañías han impulsado el consumo de cine, creando hábitos que estaban siendo olvidados.
Si comparamos los datos de taquilla del 2018 publicados por el ICAA por un lado, y el ranking de distribuidoras de cine por recaudación de 2019 que nos ofrece Rodrigo Espinel en su blog, vemos como de 94.115.228€ recaudados en 2018, pasamos a 93.970.136€ en 2019. Pese al incremento en el número de espectadores, la recaudación vemos que ha sufrido un ligero descenso, lo que se comprende por el abanico de precios en función de los pases, medida adoptada por los cines desde hace ya algunos años, siguiendo el modelo francés.
Más del 95% de la recaudación se reparte entre 20 empresas que sobrepasan los 100.000€ de recaudación anual, por debajo de esa cifra, podrían entenderse que no existe un negocio como tal, sin embargo, nos encontramos con empresas que cuentan con una estructura a nivel interno que choca con estos ingresos provenientes de taquilla como pueden ser Golem o Caramel Films. No olvidemos, además, que las distribuidoras, cuando compran películas en mercados internacionales, tienen que hacer frente, y por adelantado, al llamado "mínimo garantizado", esto es, el precio de venta de la película para trabajar su distribución en España.
Viendo estos números, se comprende lo complicado de la distribución entendida solo como tal y no asociada a la producción, si lo que buscamos es obtener beneficios. Decidir si se distribuye o no una película se convierte no solo en una arriesgada apuesta, sino en una decisión trascendental a la hora de emprender un proyecto, en este escenario, se comprende la importancia de los premios obtenidos en festivales, más allá de la mera recaudación en taquilla.
Cristina López - FilmFestFriend
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